Descanso al aire libre [Libre]

Se sentó en una de las bancas para poder estar más tranquila y relajada. Se había estresado un poco con el hecho de saber que su hermano estaba aquí, respirando el mismo aire que ella para su misma desgracia. Suspiró algo molesta y fastidiada, esperando que su día no empeorase a como ya lo había empezado desde las 7 am.

Miró el cielo que estaba limpio, y sintió que corría un poco de brisa para su buena suerte. Necesitaba despejarse la mente para poder estar atenta en sus estudios.

- Esto parece ser una tortura...hecha realidad...si me controlaban en casa, me controlarán aquí en el internado, que bello -dijo con tono de tristeza y agobio mientras miraba las flores de sus alrededores.

Paseaba desde temprano por los pasillos del lugar, que estaban mas silenciosos y vacios de lo normal, pero con el en ellos la situacion no cambiaba mucho. El iraqui era bastante sigiloso y tranquilo al movilisarze ya que disfrutaba del silencio.

Decidio pasearse por los jardines del lugar, a pesar de que ahora su presencia era mas notoria al estar fuera de las sombras, seguio moviendose en silencio, era como una silenciosa brisa de viento. Mientras caminaba no pudo evitar oir las palabras de una chica, que al parecer se lamentaba de su suerte o algo asi.

Aparecio silenciosamete en frente de ella, a unos metros. No solto ni una palabra, tan solo se agacho a coger una pequeña flor blanca que miro unos momentos.

-Lo que sea que te agobie bella flor, no debes dejar que te marchite- solia hablar con bastante retorica o metaforas, costumbre de pequeño- Al final, eres una hermosa flor- subio la mirada y miro a la chica, con media sonrisa y expectante.

Algo sorprendida al oir las palabras que eran de parte de una voz masculina, puso la mirada de donde venía la voz y las palabras, notando que un chico estaba frente a ella halagandola, de tal manera, que hizo que sus mejillas, de manera inconsciente, se pusieran levemente ruborizadas.
Observó la flor que tenía el chico en sus manos, y luego soltó una risa muy leve de manera nerviosa. No se había dado ni cuenta de que él ya estaba frente a ella.

- A-Ah...q-qué lindas palabras... -fue lo único que pudo articular mientras miraba hacia el lado, tratando de encontrar palabras razonables para poder decir otra cosa que no fuera un titubeo o un "Gracias por el halago" todo tembloroso y nervioso.

Noto el rubor en las mejillas de la chica, era una reacción que se podía esperar al recibir un halago de un extraño, mas aun en esos tiempos en los que ya no había gente como el.
Se limito a sonreírle mientras se inclinaba un poco hacia ella, tendiéndole la flor, con el pelo tapándole su ojo, como siempre.

-Una flor para otra flor mas bella… -dijo con la flor en su mano, decidió que seria mejor presentarse, para romper un poco el hielo- Mi nombre es Yalal Qar –pronuncio el nombre con suavidad y espero alguna respuesta de la chica.

Procesó de manera algo lenta en su mente las palabras "Una flor para otra flor mas bella..."
Sólo había recibido halagos en el primer día de llegada, y claro, antes de llegar hasta aquí. Suspiró para recobrar compostura y carraspear un poco para poner una mirada neutra.

- Hm? Ah... -al oir la presentacion del joven- Yo soy Ana González, mucho gusto -dijo sonriendole levemente de manera educada.

Se mantuvo sereno frente a la chica...quizas demasiado, con esa mirada pacifica de el, parecia que nade le podia cambiar la expresion en ese momento. Parecia casi algun tipo de estatua.

-El gusto es mio, Ana- sonrio aun manteniendo aquella expresion en su cara, inspirando confianza- ¿Podria saber de que te lamentabas...?-dijo al tiempo que aquella flor que todavia tenia en las mano era arrastrada por una pequeña brisa, pero lo suficientemente fuerte como para que la pequeña planta volara varios metros.

Varios pensamientos la empezaron a invadir en su mente con las ultimas palabras del ultimo comentario de Yalal. ¿Que de qué se lamentaba? Ana podía lamentarse de varias cosas desde que empezó a existir en este mundo. Las cosas de qué lamentarse la persiguen a donde fuera que llegara a parar, lo cual ya la tenía agobiada y angustiada.

Se quedó pensando para poder responder a la pregunta del millón, por así decirlo. Podía ser que la primera y más concreta razón desde que llegó al internado...¿su hermano Manuel? ¿Los acosos? ¿Que ya le hayan hecho fanclub los chicos de su salón? Quizás la última sería la más estúpida, -pensó Ana- para Yalal. Las dos primeras serían las más acertadas al porqué de sus lamentos.

- Pues...creo que primero que nada, debería agradecer tu preocupación por eso... -dijo sonriendo de manera leve y agradecida a Yalal, para luego continuar bajando la mirada un poco- Y bueno, la respuesta es simple: no me dejan en paz las personas que pertenecen a mi familia...creo que, el comienzo de la era de la oscuridad en mis estudios, ha empezado... -dijo tratando de expresarse claramente, ya que si decía nombres, podía estar en graves problemas.

-No es nada que debas agradecer-le aclaro sonriendole para luego oir la descripcion que le dio la chica sobre su preocupacion-He oido que es dificil tener a tu propia familia en el mismo colegio o misma academia, pero no puede ser tan malo como para describirlo como una era oscura, ademas pienso que conociendo gente de tu agrado podrias olvidar a tu familia y dejar de preocuparte ¿O no?-la aconsejo, sentandose al lado de ella, pero se detuvo en la accion para mirarla.

-¿No te importa que me siente, verdad?- le pregunto antes de continuar.