De noche (Privado) / Advertencia/ Cerrado

Sus vagina comienza a sentirse humeda por la intromisión de los dedos en su interior, las atenciones en su cuello y en el pezon, le hacían pedir más, el placer estaba sintiendose en todo su cuerpo.

-Humeda.-responde.-Tus dedos...

-¿Te gusta, o no?-movia sus dedos expertamente dentro de la chica, sintiendo ya los primeros indicios de que se estaba humedeciendo, pronto la intimidad ajena empezaria a escurrir algunos fluidos y pediria mas, sumida en el placer. El iraqui penso y eso y sonrio, besando sus pezones con una lujuria y habilidad enormes, sin descuidar su trabajo en el sexo de la chica.
Acariciaba aquellas zonas mas sensibles dentro de la contraria, para que el placer fuera aun mas.

-Dime que quieres...-le susurro al oido.

Su cuerpo ya habia despertado por completo, la habilidad con la que era penetrada es enorme, sus pezone estaba siendo tratados como se merecían, acariciandose, lamidos, saboreados, como nunca, sus nectares no paraban de emanar, su cuerpo ya estaba recuperado por completo.

Le saco como pudo la camisa, para admirar el cuerpo delgado y perfecto del otro, tirar con sus dedos de los pezones del hombre, para divertirse mientras, el otro se encargaba de su cuerpo

La chica ya estaba respondiendo a sus toques, caricias, besos y demas, esto hizo que sonriera con una notoria lujuria y picardia. Sintio como sus pezones eran pellizcados y no pudo evitar hacer un gesto de dolor, pero era placentero a su manera.

Se desabrocho su pantalon y retiro los dedos de la ya humedecida entrepierna, metiendo su erecto miembro lentamente en su lubricada intimidad y despacio, hasta tenerlo por completo adentro y moviendolo. Al no poder introducirlo maas dio un placido suspiro.

Estaba perfectamente lubricada, fue resbalandose poco a poco en su interior, lo esta haciendo con delicadeza, clavo sus dientes en el hombro del hombre, para proceder a besarle el cuello, saboreando la piel del otro, estaba ya totalmente dentro de ella, lo estaba moviendo.

Se estaba perdiendo en la lujuria, en el placer que era tener sexo con alguien en medio de la noche en aquel viejo lugar, no dejo de disfrutar la penetración, ese miembro que rozaba su interior.

Retiro el miembro ya con mas facilidad al notar como los fluidos le permitian el pasar, solo lo retiro un poco, para dar paso al comienzo de una serie de embestidas suaves y poco profundas. Tan solo para acostumbrar a la chica, sabiendo como debia tratarla, besando sus labios profundamente y degustandola entera con su lengua.

Poco a poco las embestidas se hacian algo mas rapidas, al igual que mas profundas, tocando el interior de la chica placenteramente. La rodeo con los brazos mientras seguia dando mas estocadas.

Puso una cara de molestia al sentir que el mimbro era retirado un poco, ya que se habia acostumbrado a él, hizo un puchero e inflo sus mejillas, cuando comenzaron las embistadas, la lengua del otro rozaba la suya, haciendola sentir caliente, excitada, deseando ser poseida por ese hombre.

Tocaba su interior dandole un placer delicioso, la rodeo con sus brazos, su cuerpo comenzaba a sudar, se le rodeo con sus brazos el cuello del otro, respondiendole que le gustaba

Empezo a jadear ya, algo agitado por las embestidas veloces con las que hacia que su miembro golpease el interior de la chica, rosando su clitoris intencionalmente para que acabase rapido, pero aun asi experimentase ese placer y extasis total del orgasmo que solo pocos como el sabia dar, sino era el unico.

-Te deseo...-le susurro al oido, embistiendo profundo y rapido.

Ella misma ya estaba jadeando, al ser golpeado su interior y su clitoris que estaba siendo rozado continuamente, le mostraba que el cielo si se llega mediante el sexo, pronto acabaría si no es que en esos momentos lo haría, su voz era sensual, era como una serpiente que te encanta, te hechiza.

-Pero si ya me tienes...-le responde al oido.-Me has tomado

-Crei que era al reves- sonaba como cansado, al tiempo que agitado y jadeante, ya estaba apunto de llegar al climax pero no lo haria si la chica acababa primero, queria que ella lo disfrutase lo mas posible y no queria descuidar el trabajo que llevaba hasta ahora. Sentia que la chica ya estaba proa cabar, al igual que el y esto hizo que el iraqui empezara a usar sus ultimas energias para embestir de la manera mas rapida posible, siempre tocando su clitoris.

-Sabes que eres solamente mio, que si tocas a otra zorra, los matare a los dos.-le dice molesta.

Su sentidos se perdieeron definitivamente en el placer, su boca no era acallada por los gemidos que estaba produciendo, el razón continuo con su clitoris en le llenaba, el invadía, la rapidez de la pentraciones le hizo llegar al orgasmo, desplomandoe despues del momento de placer sobre el sillon-

-No habra necesidad, soy tuyo...- decia honesto, momentos antes de acabar en ella y desplomarse a su lado, jadeando por todo lo que habia hecho a su acompañante. Acaricio sus cabellos, aspirando de ellos el aroma de la misma al tiempo que cerraba los ojos.

-Siempre te he deseado, Eliza...- y asi era, nunca habia cruzado palabra alguna con la chica, sin embargo por ser ambos alumnos la conocia al menos de nombre, y ahi estaba ahora ... con ella.

Esperaba a que saliera de ella, su compañia le estaba haciendo tanto bien, rozo su mejilla con la de otro, nunca antes le había prestado atención, siempre había estado al pendiente de Roderich más, solamente de él, era lo único que le había importando, hasta en ese momento, cuando se dió cuenta que nunca la amaría más que a su piano.

-Entonces ¿no eres como Roderich? Que gusta más de un piano que de mi.-dice burla, acariciando su rostro.

Retiro su miembro ya de ella, y se acodo a su lado mirandola a los hojos, con el rostro pegado al de ella, sonriendole ante sus palabras y suspirando.
-Solo vivo y vivire por ti...-sus ojos brillaban con ese aire nocturno, con la mirada perdida en los hermosos ojos de la contraria, acariciaba sus labios con el indice, le robo un beso.

El amor era bastante extraño, tantos años esperando a que esa persona se enamorara de ella, y en esos momentos alguien más pretendía robarle el corazón, pretendía llevarla lejos, y se lo permitiría, abrió sus labios, respiro el aroma fuerte, varonil de otro, estaba preguntandse ¿Qué es el amor realmente?.

-¿Qué vamos hacer de ahora en adelante?-le pregunto aferrandose al cuerpo del otro.-

En ese momento y cuestion de segundos las preguntas empezaban a surgir de su mente ¿Por que se enamoro de ella? ¿Por que en ese tiempo y no antes? ... eran incontables pero al iraqui no le importaron en lo mas minimo, solo queria permanecer al lado de aquella mujer si esta se lo permitia.

-Lo que tu quieras... yo me dedicare a amarte...-le dijo quizas algo apenado y desviando la mirada, por la falta de experiencia en expresar sus sentimientos, era muy reservado con el resto de las personas.

Se acomodo, cerrando los ojos estaba algo casanda por las emociones vividas ese día, se quedo dormida en los brazos del iraqui, tan tranquila y serana como nunca antes, pareciera que el tiempo le era tan favorable, que estaba protegida por su brillante terrorista en bomba de oro.

Se levanto un momento a recoger el resto de sus cosas, y las de la chica aquella mochila que traia, que estaba tirada a unos metros en el suelo. Se arreglo como pudo y levanto a la chica entre sus brazos con delicadeza, sujetandola firme al mismo tiempo.

-Descansa, princesa...-se rio un poco y beso la mejilla de la bella durmiente, encaminandose de vuelta a su habitacion con el sigilo que pudo.
Una vez dentro, la acosto en su cama y tapo con las sabanas de la misma, el se limito a sentarse en una silla y observarla nada mas, en silencio.

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Off: Cerrado